La teoría del consumidor es la modelización económica del comportamiento de un agente económico en su carácter de consumidor de bienes y de servicios. Esta teoría relaciona las preferencias, las curvas de indiferencia y las restricciones presupuestarias a las curvas de demanda del consumidor. Es una rama de la microeconomía.
Curvas de indiferencia
En microeconomía las curvas de indiferencia se definen como los conjuntos de puntos en el espacio de combinaciones de bienes para los que la satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que para todos los puntos pertenecientes a una misma curva, el consumidor no tiene preferencia por la combinación representada por uno sobre la combinación representada por otro. La satisfacción del consumidor se caracteriza mediante la función de utilidad en la que las variables son las cantidades de cada bien representadas por el valor sobre cada eje.
Existen discrepancias entre autores sobre si la continuidad, derivabilidad y convexidad de dichas curvas están garantizadas y ello tiene fuertes implicaciones en al discusión de la existencia o no de puntos de equilibrio. Desde un punto de vista matemático la discusión implica el axioma de elección.
Historia
La teoría de las curvas de indiferencia fue desarrollada por Francis Edgeworth, Vilfredo Pareto y otros en la primera parte del siglo XX. La teoría se deriva de la teoría de la utilidad ordinal, que presupone que los individuos siempre pueden clasificar cualquier combinación de bienes por orden de preferencia.
Mapa de curvas y propiedades de las curvas de indiferencia
La representación gráfica que muestra el conjunto de curvas de indiferencia para un consumidor, asociadas a distintos niveles de utilidad, se denomina mapa de indiferencia. Los puntos que muestran diferentes niveles de utilidad están asociados con distintas curvas de indiferencia. Una curva de indiferencia describe las preferencias personales y así puede variar de una persona a otra.
Las curvas de indiferencia representan las preferencias del consumidor y de forma genérica se pueden sacar conclusiones sobre ellas que son trasladables a las propiedades de las curvas de indiferencia:
Son decrecientes. Una disminución en el consumo de un bien se compensa con un incremento en el consumo del otro bien. También se podría expresar de forma que el incremento del consumo de un bien (X) produce un incremento de la satisfacción total del individuo si no se compensa con una disminución del consumo del otro bien (Y).
Son curvas convexas hacia el origen, lo que significa que valoramos más un bien cuanto más escaso es. Cuando disponemos en abundancia de un bien, estamos dispuestos a prescindir de una unidad a cambio de poca cantidad del bien alternativo. Sin embargo cuando tenemos que renunciar a algo que ya es escaso, solo mantendremos nuestro nivel de utilidad si cada unidad a la que renunciamos la compensamos con cantidades crecientes del otro bien.
Se prefieren las curvas más alejadas del origen. Los consumidores, dado el axioma de insaciabilidad, prefieren cestas de consumo con una cantidad mayor de bienes que otra con menos. Esta preferencia se refleja en las curvas de indiferencia. Como muestra la figura 1, las curvas de indiferencia más altas representan mayores cantidades de bienes que las más bajas, por tanto el consumidor prefiere las curvas de indiferencias más altas.
Carácter transitivo de las curvas del que se deriva que las curvas no se cruzan y que por cada punto del espacio pasa una única curva de indiferencia.
Algunas de las propiedades de las curvas de indiferencia expuestas son características que suelen encontrarse en las curvas de indiferencia, pero no hay nada en la teoría que impida que sean de otra forma, y de hecho sería posible encontrar algunas preferencias que rompan estas normas y se representen de otras maneras.
Aplicación
La teoría del consumidor usa las curvas de indiferencia y la recta de balance para obtener la curva de demanda del consumidor que se define como el conjunto de puntos que potencialmente pueden ser de equilibrio. Notese reciprocamente que en caso que las curvas de indiferencia carezcan de alguna de las restricciones exigidas por el modelo (continuidad, derivabilidad, convexidad, utilidad marginal decreciente de ambos bienes, no sustituibilidad perfecta, etc.) la existencia de puntos de equilibrio no queda garantizada en absoluto.
Ejemplo de curvas de indiferencia
Figura 3: Tres curvas de indiferencia donde los bienes X e Y son perfectamente sustitutivos. En este caso el equilibrio no es único.En la figura 1, el consumidor elegirá I3 en vez de I2, y también se elegirá I2 mejor que I1, pero no informa donde se colocará el consumidor dentro de la curva. La pendiente de una curva de indiferencia (en valor absoluto), conocido por los economistas como relación marginal de sustitución, mide la relación en la que el consumidor está dispuesto a sustituir un bien por el otro. Para la mayoría de los bienes la relación marginal de sustitución no es constante, así que sus curvas de indiferencia son curvas. Las curvas son convexas al origen, mostrando el efecto sustitución negativo.
Si los bienes son bienes sustitutivos perfectos, las curvas de indiferencias serán rectas paralelas, con una pendiente constante. La relación marginal de sustitución será constante. Un ejemplo de función de utilidad que está asociada con las curvas de indiferencia como éstas podría ser: .
Si los bienes son perfectamente complementarios las curvas de indiferencia tendrán forma de "L". Un ejemplo típico de bienes complementarios perfectos sería zapatos del pie izquierdo y zapatos del pie derecho. A un consumidor le es indiferente que se incremente el número de zapatos del pie derecho mientras no lo hagan también los zapatos del pie izquierdo. La característica más importante de estos bienes es que el consumidor prefiere consumirlos en proporciones fijas. Un ejemplo de función como el descrito sería: .
Las diversas formas de las curvas implican respuestas diferentes a un cambio en precio como muestra el análisis de la demanda dentro de la teoría del consumidor.
RECTA PRESUPUESTARIA
En microeconomía, se entiende por recta de balance o restricción presupuestaria, al conjunto de distintas cantidades de dos bienes que pueden ser consumidas por un individuo, partiendo de una determinada renta o presupuesto y unos determinados precios de los bienes. La elección de solo dos bienes para estudiar las elecciones del consumidor supone una simplificación para el análisis, pues en la vida real los consumidores pueden elegir entre multitud de bienes.
Construcción
Las rectas de balance se utilizan en microeconomía, dentro de la teoría del consumidor, para obtener el denominado equilibrio del consumidor, que resuelve el problema sobre la cantidad que consumirá un individuo, con una determinada renta ante la alternativa de dos bienes para elegir. Los datos de partida para la elaboración de la recta presupuestaria es la existencia de un individuo, que dispone de una determinada renta o presupuesto monetario (M), que en principio vamos a considerar que permanece fijo y que debe distribuir en el consumo de dos productos que denominaremos A y B, de los que se conocen sus precios (Pa y Pb), que suponemos también que permanecen invariables. La recta de balance tendrá la siguiente fórmula:
M = A x Pa + B x Pb
La recta de balance tendrá una pendiente negativa, igual al cociente de los precios: -Pa/Pb y nos muestra la valoración que da el mercado al bien A en términos del bien B. Los puntos de corte de la recta con los ejes, muestran aquellas combinaciones extremas de consumo que suponen que el individuo dedica toda su renta a uno de los dos bienes, abandonando el otro, al que no dedica ninguna parte de su presupuesto.
El equilibrio del consumidor supondrá determinar cuál de las infinitas combinaciones que representa la recta, escogerá el consumidor o lo que es lo mismo como distribuirá realmente su renta entre todas las posibilidades que se disponen.
Variaciones de la renta o presupuesto
En un principio se ha supuesto que la renta de que dispone el individuo objeto de estudio, permanece fija. La variación que supone la modificación de la renta produce un traslado de la recta de balance paralelo a la anterior, permaneciendo constante la pendiente de la recta, que como recordamos recogía el cociente de los precios que no se ven alterados por el cambio en la renta del individuo. El desplazamiento se produce a la derecha cuando hay un aumento del presupuesto disponible y hacia la izquierda cuando disminuye el presupuesto disponible.
Variaciones del precio de cualquiera de los bienes
La variación del precio de uno de los bienes se traduce en un giro de la recta bien hacia afuera, cuando baja el precio, o hacia adentro cuando sube.
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